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jueves, 8 de junio de 2017

México 86, un mundial de historia.
Tras un año tan duro y fuerte en lo social como lo fue 1982 por lo ocurrido con la guerra de Malvinas y la llegada de la etapa final de un gobierno  de la junta militar, un gobierno anti democrático  que estaba desde  marzo de 1976 que había dejado una crisis e inflación muy grande, en lo futbolistico, la Argentina no pasaba un buen momento. Luego de lo que fue la dolorosa e inesperada eliminación del mundial de España en ese  mismo año (con la aparición estelar de Diego Armando Maradona  y la Argentina como defensora del título), Cesar Luis Menotti, que había sido campeón del mundo en 1978, con Mario Alberto Kempes a la cabeza, finalizó un siclo excelente para el fútbol argentino y que le aportó mucho al mismo. Tras la eliminación, dio un paso al costado como entrenador y  poco después, en su lugar, quien era la antítesis de él, fue contratado Carlos Salvador Bilardo que venía de hacer una gran campaña en Estudiantes de La Plata, saliendo campeón del torneo Metropolitano en aquel entonces.
 Bilardo, proveniente de la gloriosa época de Osvaldo Zubeldia en el conjunto de La Plata, traslado las ideas que plasmo en el conjunto platense a la Selección Argentina. Durante las eliminatorias rumbo al mundial que se disputó en el territorio Azteca, el clima no era el mejor. Los métodos de trabajo que tenía Bilardo no gustaban, las críticas del periodismo crecían cada vez más, se hablaba que el equipo no jugaba bien, no conseguía resultados a tal punto de hacer tambalear la participación de Argentina en el mundial. De hecho, durante esos años en 1983, el país celebra la llegada de un nuevo gobierno elegido democráticamente por el pueblo argentino, Raúl Ricardo Alfonsín, se convertía en el nuevo presidente de la República Argentina. En aquellos años no era muy bueno el momento en lo social y en lo político, los problemas que habían dejado los distintos mandatarios que ocuparon el trono de Rivadavia, durante el gobierno de facto había que subsanarlos. La selección argentina, como bien decíamos, en lo futbolístico no mostraba su mejor versión lo que conllevó a que el mismo presidente de la Nación, para calmar las aguas en la gente y en los medios, le pidiera a Julio Grondona que le saque del cargo a Carlos Bilardo y al respecto, don Julio, lo aconsejo que no era bueno sacar al entrenador en la antesala de un torneo tan importante.
Fue pasando el tiempo, todas esas críticas tan duras que había recibido el equipo antes de comenzar el campeonato, llegaron a su final a partir del 31 de mayo y el pueblo argentino se unió como en todos los mundiales para alentar a nuestra querida selección. El mundial se empezó a jugar y el país se paralizó para ver que iba a hacer el equipo albiceleste en aquel torneo, las expectativas eran muy grandes y para ello, el ex jugador y entrenador que en aquellos tiempos era parte del cuerpo técnico de Timoteo Griguol, Carlos ¨el Cai¨ Aimar nos contaba como lo vivió:¨Se vivió con mucha emoción porque no habían llegado bien al mundial, inclusive se dudaba la continuidad de Bilardo y todo, y sin embargo después hizo un excelente torneo y salió campeón realmente muy merecido¨.
 Con todo lo antes mencionado con respecto al equipo, se pensaba que la sociedad preocupada por otros problemas, el mundial no le iba a generar mucho interés por como venía el equipo, al respecto ¨el Cai¨ nos dice: ¨No, no es que no había mucho interés si no que como no venía bien y había tantas críticas hacia la selección no había tanta confianza, pero sin embargo, bueno, empezó el torneo, empezaron a jugar  cada partido mejor y mejor hasta que llegaron a la fanal y tuvimos la suerte de poder lograr el título¨.
El Cai Aimar, proveniente del mundo del fútbol siempre demostró su descontento hacia las críticas que hay sobre los entrenadores y jugadores, ya que hay veces que los medios se exceden, al respecto nos dio su punto de vista como entrenador sobre lo dicho de Bilardo y el plantel: ¨Si a veces molesta sabes porque, porque muchos no saben lo que pasa ahí adentro, lo mismo que cuando hay críticas en los equipos de fútbol vos sabes pocas cosas siendo el público y estando adentro vos sabes muchas cosas y a veces suceden y a vos te molestan como espectador pero el que está adentro entiende porque pasa entonces si molestaban las críticas, pero bueno le taparon la boca logrando el campeonato del mundo¨.
En aquel entonces Daniel Passarella era el capitán del equipo, uno de los mejores marcadores centrales que tuvo el futbol argentino y campeón con Menotti en el mundial del 78, durante su mandato al frente de la selección Bilardo decidió darle la capitanía a Maradona, lo que generó una fuerte polémica ya que para muchos, la cinta de capitán era más representativo que la porte Passarella. Aunque mucho es más leve, en los programas deportivos, en las charla con amigos o en las sobremesas de los domingos se pone discusión hoy en día hay un parecido con Messi y Mascherano por la capitanía y para ello, Aimar nos da su punto de vista: ¨No esas son pavadas ya una vez que paso, paso no tuvimos la suerte perdimos la final y quedamos eliminados pero bueno, la capitanía de uno o del otro no influye en nada¨.
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Mientras más pasa el tiempo, más se nos viene a la memoria. Han pasado más de treinta años y el mundial de México 1986, el último campeonato ganado por la albiceleste, hay muchas generaciones que no tuvieron la suerte de verlo y vivirlo  pero con los avances tecnológicos hoy en día, todavía lo recordamos y se nos viene a la mente imágenes como la mano de dios, el gol de Maradona a los ingleses acompañado con el relato de Víctor Hugo Morales, el gol de Burruchaga sobre el final del partido a Alemania, un obelisco repleto de miles de almas festejando el título,  y como no, a los campeones alzando la copa del mundo en el histórico estadio Azteca. Imágenes que, sin dudas, quedaran inmortalizadas en nuestras memorias y en nuestros corazones.
 Como bien veníamos anticipando al principio, por las fuertes críticas que había, se lo miraba de reojo al equipo que había presentado Carlos Bilardo para afrontar el mundial en aquel entonces, pero los bares, pizzerías y cafés, que son lugares emblemáticos para juntarse a ver fútbol, a la hora de disputarse el mundial, se vistieron de celeste y blanco. En el país, especialmente en la ciudad de Buenos Aires se pueden encontrar varios lugares antes mencionados con historia y tradición que han estado en función en esa época, tal es así que la pizzería y bar Los 36 Billares, edificio emblemático de la Capital Federal, ubicado en un lugar estratégico como lo es la Avenida de Mayo, dijo presente en este acontecimiento tan importante para el mundo futbolero.


Allí, en aquel edificio tan antiguo, actualmente se encuentra trabajando de lunes a sábados Ernesto Vidal, un mozo que en aquel entonces, tuvo la suerte de estar en ese mismo lugar ya que empezó a trabajar en el bar en 1986,  nos contaba y reconstruyó cómo se vivió el mundial ahí dentro: ¨Fue una fiesta porque se vistió, sinceramente yo no vi algo parecido en el año 78, todo de blanco y celeste, se pusieron globos y  me acuerdo que, tampoco había las facilidades que hay ahora, y se alquiló un televisor grande para ver los partidos. Pero finalmente, toda avenida de Mayo, restaurantes, confiterías, todos tenían televisor en esa época, pero fue buenísimo fue un año bárbaro para la avenida de Mayo porque se trabajó bien¨. 


Hoy en día para ver un partido es muy sencillo, podemos utilizar un celular, una tablet, una computadora, hasta el mismo televisor, el avance tecnológico nos permite acceder a cualquier contenido que queramos ver en cualquier lugar y en cualquier momento. Pero, en aquellos días, en aquella época, no todos tenían esa posibilidad, debido a eso el bar aumentaba el número de clientes, al respecto Ernesto nos dice: ¨Si, en general de cualquier partido. Cualquier partido que había el lugar estaba lleno porque a la gente le gustaba mirar fútbol y cuando estaban los partidos de la selección Argentina, ya se tenía que serrar porque no entraba más gente. Lo que hacía la gente es venir de a dos o de a tres antes, pedían mesas de cinco o seis o de la cantidad que sea, hacían el pedido de la comida y apenas cuando estaba por empezar el partido el resto venían desde las oficinas¨. Además añadió, ¨si, si se vivía un buen ambiente, en ese aspecto ningún problema¨.  
Si bien, hasta ese entonces, el mundial de Italia 1990 fue la última final que jugó la Argentina en copas mundiales, en Brasil 2014 se pudo romper ese maleficio, había mucha expectativa en ese momento por lo que iba a presentar el equipo de Sabella en el país de nuestro eterno rival. Debido a la compra del bar, por parte de la cadena de pizzerías La Continental, Los 36 Billares se encontraba en reformaciones, pero, a pesar de ello, el mozo siguió cumpliendo su labor en otro lugar y nos comparó como vivió el último mundial: ¨En el último mundial, a mí me mandaron a otra sucursal, lo viví igual, fue parecido  la firma muy bien, es decir, dio gorros, dio matracas y los días de partido de la selección argentina también, pasaba lo mismo, estaba todo reservado y se había que cerrar las puertas porque llegaba un momento en la que no entraba más gente¨.
Los días de partido como nos contaba Ernesto Vidal, el público se juntaba en cantidad y el bar se llenaba de clientes y nos decía las diferencias entre un día normal y un día de partido: ¨Y, hay un poquito de diferencia, hay un poco más de movimiento, pero ese movimiento son tres horas, no el día, asique es un poquito más, nada más, yo trabajo nueve horas y haces diez en esa diferencia es lo mismo, pero en tres horas es un loquero¨. Sin dudas una vivencia maravillosa y un marco estupendo.
Nadie creía en ellos, las esperanzas no eran muy grandes y cuando nadie se lo esperaba, el triunfo ante Inglaterra que fue una victoria bisagra en la obtención del título, con semejante prólogo de tragedia, fue una pequeña y humilde revancha, a partir de ahí el seleccionado empezó a encaminarse hacia la sima.
Cuando llegó la final el 29 de junio de 1986, Argentina alzó  por segunda vez la copa del mundo tras vencer 3 a 2 a Alemania con un gol agónico a los 83 minutos del final. El triunfo revoluciono al pueblo, el país se paralizó por un momento para juntarse y salir a festejar en los puntos más importantes de la Argentina. Miles y miles de almas se unieron para celebrar el triunfo, la gente salió en caravana, coparon las calles, las avenidas se convirtieron en peatonales y el obelisco, el clásico y tipo espacio, donde todos los hinchas se reúnen para festejar sus logros deportivos con las camisetas de sus clubes, pero en este caso con la celeste y blanca, era un carnaval donde la gente saltaba, gritaba y cantaba ¨¨dale campeón, dale campeón…¨. Y, poco después, se volvió a repetir. Con la llegada de  los héroes de México, Alfonsín los recibió en la casa de gobierno para felicitar al grupo y la gente feliz y alegre fue a presenciar el recibimiento, compartir un momento tan bueno  y ver a los campeones con la copa en mano festejando desde el balcón de la Rosada.

 

 Nuestro seleccionado tiene dos mundiales en su medallero, muchas generaciones lamentablemente hasta el día de hoy no han podido ver a la Argentina levantando la copa del mundo, pero sin dudas, los mundiales son algo maravilloso, un mes cada cuatro años, se renuevan las ganas por ver los mundiales y los argentinos nos unimos para alentar a la albiceleste, nos olvidamos de nuestros problemas, entre la sociedad hay una relación de amistad, los hinchas de equipos rivales –Boca-River, Racing-Indpendiente, San Lorenzo-Huracán – se los encuentra unidos por la misma pasión, la celeste y blanca, y nos esperanzamos en que la selección puede levantar un nuevo título.
Con el mundial de Brasil 2014, la selección llegaba en exentes condiciones, ganadora en las eliminatorias con Messi en un gran nivel, había una gran esperanza en especial en muchos jóvenes que provienen de la década del noventa, a pesar de algunos factores como la inseguridad que daba Sergio Romero en el arco, Marcos Rojo en el lateral izquierdo, y Sergio el ¨Kun¨ Agüero por su estado físico. La última final que disputó Argentina fue en Italia 1990 y dicho torneo termino con un final triste. Luego de esperar unos largos 24 años, en Brasil, el equipo comandado por Alejandro Sabella, dio el batacazo tras ganar la serie de penales ante Holanda en las semifinales y logro llegar a la Final. En nuestro país y en Brasil muchos se emocionaron, gente mayor y jóvenes llorando de la emoción hasta relatores que no pudieron contarse, se alegraron tras ganarle a Holanda.   

El 13 de julio de ese mismo año, se disputo la final y otra vez con un viejo conocido, Alemania. El encuentro termino en derrota para Argentina, generó bronca, y tristeza, pero a pesar de eso, no faltaron las ganas para salir a festejar, el obelisco fue ocupado por un aluvión de argentinos y cuando llegó el plantel, a pesar de la derrota y ser un lunes, todos los hinchas fueron a Ezeiza a recibirlos con un gran aliento.  Aquel mes fue maravilloso el que se vivió, en aquel entonces, el país que estaba engrietado por los pensamientos políticos, el fútbol, nos hizo olvidar de todos esos problemas y las disputas que se generó. Eso es lo que tiene de lindo el mundial, la unión que genera en un país.




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